Todos los documentos de archivo tienen un valor primario o secundario. ¿Cómo saber qué valor tiene ese documento que tengo en mis manos? Por la importancia que representa para la compañía en la que trabajo o, por su importancia para la historia, para el gobierno, para el negocio, etc. El documento adquiere un valor secundario cuando el desarrollo de la compañía nos está diciendo que en un futuro lo necesitaré porque refleja conocimiento corporativo vital, incluso para el país. Es muy importante porque, de acuerdo a Clara Inés Casilimas y Juan Carlos Ramírez, no se limita a brindar una imagen de la administración, sino de la sociedad que lo produjo.
Recomiendo leer el libro:
Clara Ines Casilimas y Juan Carlos Ramirez,
Fondos Acumulados. Manual de Organización, Archivo General de la Nación, Bogotá, 2004.
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